7.15.2013

Leche

Se cae una gran alforja de leche del estante superior de la cocina. El piso es blanco también. La mujer que siempre limpia todo entra a escena. Abre la puerta en reversa. Trae consigo una bandeja. Audífonos bien colocados en ambas orejas. No sólo cayó sino que se partió la crisma en la baldosa. Una canción poco importante se apaga. Un gato enorme entra con sus crías por la ventana. Sus patas acolchonadas no hacen ningún ruido. Sólo el ronquido final de la garganta de ella. Tenía planeado ir a botar los gatos ese día a la corriente del canal. En cambio ellos la lamieron sin rencores.
Lava esa lava que mana de tu cráneo roto. Redobla los pliegues de aquel único revés. Suplícame te lo pido. De lo contrario no habrán tierras que vender.