7.25.2007

El último tirón.


A sus tres años, se dejaba llevar completamente distraída. Estaba absorta estudiando los pastitos y los túneles de araña entre las junturas de los ladrillos. Cada tres pasos la remecía un tirón de apuro, sus pies doblaban la marcha y de inmediato retomaban su ritmo contemplativo. Llegaron al semáforo, otro tirón, uno más violento para alcanzar a pasar con mono verde y quedó libre. Una micro amarilla se llevó a la nana para siempre. Los curiosos devoraban la lejana imagen de la mujer deshuesada mientras ella miraba las carreteras incandescentes de los caracoles en el ventanal de la casa esquina.

3 comentarios:

Natalie Sève dijo...

JAJAAJA, sabía que volverías!!
Está muy bueno este relato y el poema de Rivas Rivas me ha encantado, tiene un ritmo muy curioso.
Habilita el perfil de tu blog, para que puedas compartir lo que escribes con otros chavos!!
Abrazo
Natalie.

Natalie Sève dijo...

¡¡¡¡¿¿¿Eres acuario??? ¡¡WUAAA!!!

jajajaa
Besos!

Enrique de Santiago dijo...

Me gustó este relato, tiene buen ritmo, y el poema de Rivas, tiene un ritmo cadencioso, que en dos partes se hace sincopado, y le da una frescura curiosa.
Muy bien